La Maríamanta
Desperté más tranquila, pienso, imagino lo que hago,
a veces acierto, otras no
La idea de comunicarme, de enviar mensajes,
me entretiene, quiero hacer tantas cosas !
Las lentejuelas estallan con la luz e iluminan a la virgen que colocaré en la manta
la calavera de Posada que elegí, no me convence
El día ha sido largo, qué maravilla !
miércoles, 23 de junio de 2010
lunes, 21 de junio de 2010
La muerte de Saramago me llegó de sobresalto, con Monsiváis el desconsuelo, cuando mueren hombres así, ya no me asusta tanto mi muerte ¡
Me depertarón las mañanitas, preparé el café y despedí a Ricardo. La sonrisa de Iván me recordó mis pasiones.
Tomé la cajita de hilazas y la pusé a la mano. Después de comer nos fuimos
al Zócalo porque quería bordar en la plaza... la tarde estaba fresca y llena de jóvenes
uniformados por el encuentro de bandas de guerra de toda la república, con el sonido de las trompetas y tambores recordé la federal No.2, mi secundaria allá en Culiacán, con ella vinieron los nombres de Donaciano Osuna Padilla, subdirector del plantel, hombre fuerte y estricto, luego apareció la imagen de Raúl Carrasco Anaya jefe de la banda, el más guapo de la secu, cuando lo veía me saltaba el corazón de gusto y tristeza.
De un recuerdo, viene otro, es una cadenita, un rosario que se va contando o una flor que se deshoja una y otra vez, con los dias voy hilando amores y contrariamente los enojos, me exalto, me irrito, me detengo.
A la memoria viene Vilma, Claudia, Ana María, Carmen y Yoly de 14 años, la primera niña rica que conocí y que extrañamente manejaba una guayin con la que llegaba a la escuela...con ellas lloré hasta el cansancio el último día del tercer año, nos hicimos promesas, juramos amistad eterna, jamás volvimos a encontrarnos.
Me depertarón las mañanitas, preparé el café y despedí a Ricardo. La sonrisa de Iván me recordó mis pasiones.
Tomé la cajita de hilazas y la pusé a la mano. Después de comer nos fuimos
al Zócalo porque quería bordar en la plaza... la tarde estaba fresca y llena de jóvenes
uniformados por el encuentro de bandas de guerra de toda la república, con el sonido de las trompetas y tambores recordé la federal No.2, mi secundaria allá en Culiacán, con ella vinieron los nombres de Donaciano Osuna Padilla, subdirector del plantel, hombre fuerte y estricto, luego apareció la imagen de Raúl Carrasco Anaya jefe de la banda, el más guapo de la secu, cuando lo veía me saltaba el corazón de gusto y tristeza.
De un recuerdo, viene otro, es una cadenita, un rosario que se va contando o una flor que se deshoja una y otra vez, con los dias voy hilando amores y contrariamente los enojos, me exalto, me irrito, me detengo.
A la memoria viene Vilma, Claudia, Ana María, Carmen y Yoly de 14 años, la primera niña rica que conocí y que extrañamente manejaba una guayin con la que llegaba a la escuela...con ellas lloré hasta el cansancio el último día del tercer año, nos hicimos promesas, juramos amistad eterna, jamás volvimos a encontrarnos.
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